Preparado de los aros
Para la fabricación de los aros, partiremos de dos piezas de madera de palo santo de la India en un grosor bruto de unos 4 milímetros. Emplearemos la rasqueta para preparar las caras de las piezas hasta lograr uniformidad y buen acabado a lo largo de toda su superficie y mermando su espesor hasta poco mas de 2 milímetros.

Una vez dispuestas las piezas, procederemos a darles forma mediante el doblador de aros. Para ello debemos de humedecer las maderas con una esponja y a medida que se vayan secando volverlas a humedecer. El proceso de doblado, ha de ser lento y cauteloso para evitar el astillamiento de las piezas.

Es necesario fabricarnos un molde de contrachapado en el que periódicamente cotejaremos las curvaturas de los aros hasta lograr el que la forma dada a estos, se adapte exactamente a su contorno.

Por último, preservaremos los aros hasta un siguiente proceso, afianzándolos al molde mediante sargentos, que asegurarán la estabilidad de la forma dada hasta el perfecto secado de la madera.
Encolado de los aros de la tapa
En un primer paso y a partir de listoncillos de cedro de Honduras, fabricaremos los junquillos que servirán de unión entre los aros y el resto de la estructura (tapa armónica y fondo).

Construiremos un molde externo de madera contrachapada, donde afianzar los aros y proceder a su encolado con los junquillos. Como se observa en las fotografías, debemos de practicar un rebaje de unos 3 milímetros de profundidad por 6 de anchura en la cara interior, que alojará el sobrante de la tapa armónica. Así mismo taladraremos 5 vías de paso que servirán para fijarlo al molde base.

Una vez atornillado al molde base, colocamos en su interior los aros y ayudados por prensillas de pinza, encolaremos los junquillos a los aros.


Una vez seca la cola, montaremos sobre el molde base la tapa armónica y le daremos la vuelta a los aros para encolar los junquillos a la misma. Al mismo tiempo encolaremos también el tacón. Aseguraremos la integridad de la estructura durante el tiempo de secado de la cola afianzando los componentes mediante sargentos y los topes deslizantes del molde base.

Construcción y remate de la pala
Para la elaboración de la pala, practicaremos los orificios que servirán de alojo a los clavijeros y perfilaremos su forma según se detallan nuestros planos.
En nuestro caso, hemos elegido el ébano para dar acabado a la misma, que por otro lado será la madera a utilizar en la construcción del diapasón y el puente. Por motivos estéticos, el material usado en las tres piezas, suele ser el mismo.
Entre la chapa de ébano y la pala (de cedro de Honduras) intercalaremos una lámina de sicomoro natural que resaltará el acabado.
Existen muchas formulas para el remado de la pala y cada una de ellas define la firma del constructor, en nuestro ejemplo hemos optado por una talla que realce el acabado final.


Para concluir, tallaremos la pala por su cara posterior siguiendo el diseño que en los planos se muestra.

Construcción del diapasón
Como ya hemos mencionado, el material a emplear será el ébano. Dispondremos de una pieza de unos 7 milímetros de espesor, que planificaremos en todas sus caras ayudados de la rasqueta y lijas en varios granos hasta lograr un espesor uniforme que rondará los 5 milímetros.


Una vez concluido el perfilado, trasladaremos las medidas de la regla para proceder a marcar el alojamiento de cada uno de los trastes.

Una vez clavados los trastes y cortado el sobrante de los mismos, encolaremos el diapasón al brazo. Para ello emplearemos un buen número de sargentos que asegurarán la inmovilidad del mismo durante el tiempo de secado de la cola.

Será imprescindible efectuar un chequeo de todos y cada uno de los trastes para comprobar su regularidad en altura a lo largo del diapasón y de este modo evitar trasteos no deseados. Para ello emplearemos una regla que deslizarémos sobre ellos, de esta forma podremos observar en que puntos existen irregularidades en el clavado de los mismos. Tambien nos podemos ayudar de tiza o rotulador e ir chequenado en que puntos no desaparece al roce de la regla. Una vez son detectados, rebajaremos las irregularidades con lima para trastes protegiendo previamente la correspondiente zona de diapasón con placas metálicas al efecto de gran utilidad y que solo dejan sobresalir el propio traste.


Construcción del puente
A partir de una pieza de ebano y siguiendo las cotas que se marcan en los planos, mecanizarémos el puente.
Existen muchos posibles acabados, pero en nuestro ejemplo, hemos querido firmarlo con una talla a juego con la pala.

Una vez finalizadas las tallas, pulirémos la pieza para logar un buen acabado.

El machón de amarre de las cuerdas es la parte del puente más vulnerable y la que sufre un mayor desgaste con el uso. Esto se debe a la fricción de las cuerdas y a la gran tensión que los nudos soportan. Por este motivo es conveniente reforzarlo de algún modo. Una solución usual, que reporta muy buenos resultados, es la consistente en rematar sus bordes con dos pequeñas tiras de hueso (a juego con la selleta). Con lo que además, conseguimos un detalle estético que realzará la belleza de la pieza.

Por último y atentiendo a las medidas de los planos, practicarémos los orificios por los que discurriran las cuerdas. Para ello utilizarémos una fina broca de 1,5 mm.

Emplearemos sargentos de madera para amarrar el puente a la caja durante el encolado a la tapa. Debemos de obrar con la minuciosidad y exactitud que el proceso requiere ciñéndonos escrupulosamente a las cotas que los planos marcan.


Cordaje y últimos detalles
En primer lugar debemos de colocar nuestra etiqueta en el interior de la caja. Es importante identificar el instrumento de alguna manera y ese es el fin de la etiqueta. En ella, además del constructor figurará minimamente la fecha de construcción. Todos los datos que nos proporcionen trazabilidad del instrumento, también serán bien recibidos y pueden tener su lugar en la misma.

A continuación colocaremos los clavijeros y encordaremos el instrumento. Efectuaremos una última comprobación de trasteo y altura de cuerdas y si fuera preciso retocaremos las piezas de hueso (selleta y cejuela).

Una vez afinado el instrumento, estaremos preparados para disfrutar haciendo música.

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